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¿Como educar a tus hijos con propósito? Concéntrate en lo bueno

Una de las tareas más importantes y difíciles que tenemos los padres es disciplinar a nuestros hijos. Queremos enseñarles a comportarse correctamente, de la mejor manera posible.

Esta es una labor que requiere de mucho tiempo y sobre todo de mucha paciencia. Enseñar disciplina es una responsabilidad con dos aspectos. Por un lado, afirmamos y estimulamos la conducta correcta y, por otro, corregimos la conducta incorrecta. Si orientamos toda la disciplina a solo corregir, no obtendremos los mejores resultados ni para ti ni para tu hijo. Es más, puede que desarrollen algún resentimiento hacia ti. Es entonces cuando la efectividad de la disciplina disminuirá.

Por naturaleza, el niño desea agradar y llamar la atención de sus padres. Es muy común que, si solamente les corregimos la conducta incorrecta, motivamos al niño a hacer aquello que deseamos corregir.  Porque eso es lo que logramos cuando solamente corregimos. Reafirmamos la mala conducta ya que le estamos premiando al lograr conseguir nuestra atención.

Entonces, debemos corregir o no?

No queremos decir que no debemos corregir, pero es importante entender que la balanza debe ser dominada por la otra cara de la disciplina, el refuerzo positivo, más que por reforzar de lo negativo.  

Una de las trampas en que las que podemos caer como padres es volvernos tan negativos que solo tendremos ojos para el mal comportamiento. Entonces, sin que esa sea nuestra intención, le estaremos enseñando que cuando desee llamar nuestra atención repita la conducta con que lo logró la primera vez.  Cuando consigue nuestra atención de esa manera, temprano en su vida, aprenderá que su mala conducta es recompensada con nuestra inmediata atención.

Por otro lado, es común hacer mal uso del premio en aras de conseguir una buena conducta. Decirle a un niño que si no golpea a su hermanito le darás un caramelo es un mal uso de una recompensa.

Las recompensas son más efectivas cuando se dan por lo que el niño ha hecho correctamente. Es más efectivo afirmar y reforzar positivamente, reconociendo la buena conducta en el preciso momento en que ésta se esta produciendo.

Puede ser muy difícil practicar el refuerzo positivo, porque estamos acostumbrados a corregir. Por eso debemos tomar una decisión como padres y ponernos de acuerdo para practicar el refuerzo positivo.

Como parte de aplicar la técnica del refuerzo positivo, lo más difícil es decidir ignorar la mala conducta.  Por supuesto hay conductas a las que tenemos que reaccionar en el momento en que ocurren, especialmente aquellas conductas que pueden amenazar la seguridad del niño. Pero hay muchas otras conductas que pueden ignorarse, como en el siguiente ejemplo.

Disciplina positiva

A un niño se le enseñó (y se le explicó muy bien) que después de cada comida debe llevar el plato a la cocina y, después de hacerlo por varios días, un día no lo hace (seguramente por olvido). La mejor manera de lograr que no se repita este desliz es aprovechar cada oportunidad en que lo hace bien para “premiarlo” con refuerzo positivo. El refuerzo positivo funciona cuando el niño entiende que cuando hace lo que se espera de él llamará la atención de sus padres. Porque es cuando realmente se le premia con la atención, la sonrisa y el “muy bien” de sus padres. Y en la medida que se repita, veremos cómo el niño disfrutará de la grata sensación que produce. El refuerzo positivo es una estrategia que funciona.

Los padres que desarrollan este tipo de “disciplina positiva” aprenderán a dar la vuelta a las cosas y aprovechar cualquier ocasión para fomentar el buen comportamiento. Con frases como “qué bien estás compartiendo ese juguete con tu hermana”, “me encanta ver que mantienes tu habitación ordenada”, “gracias por ayudarme en el supermercado”, “estuviste genial”, “muy bien, “eso estuvo muy bien”. Para que siga haciendo las cosas bien, debemos apreciar y reforzar los aciertos de nuestros hijos.

Con el tiempo podremos ver que usar el refuerzo positivo pasará a ser parte de la cultura familiar. Cuando los niños estén acostumbrados a que se les refuerce positivamente ellos aprenderán también a practicarlo con su propia familia y en otras relaciones sociales y profesionales.

¿Cómo educar con propósito a tus hijos? Comienza hoy mismo a afirmales y a celebrar su buen comportamiento con refuerzo positivo.

Por Sonia Maldonado Martinez Ph.D (soniam@lifeschool.es)

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