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Los niños a menudo exteriorizan sus emociones por medio del mal comportamiento. Es el modo en el que demuestran lo furiosos, confusos o infelices que se están sintiendo. Y suele descargar ese dolor y enfado justo sobre las personas a las que aman. Dado que ésta es su forma de hacer oír sus necesidades, intentar entenderles es el primer paso para enfrentar su mal comportamiento.

Para el niño es muy difícil expresar con palabras las emociones que siente. Es muy difícil expresar la furia, o los celos, o el rechazo, o el abandono, o el miedo, o incluso la culpa. Además, lo más difícil para ellos es entender lo que están sintiendo en su pecho y explicarlo. ¡No podrán hacerlo de manera natural, porque comunicarse efectivamente es algo que se aprende!

Cuando los niños se esfuerzan por entender esos intensos sentimientos suelen exteriorizarlos de mala manera. No van a ser capaces de decir: papá, mamá, estoy muy enfadado, o me siento celoso, o me siento frustrado. En vez de eso, por ejemplo, discuten por cosas absurdas, que no le gusta una comida que siempre le había gustado, que tienen sueño y no quieren hacer la tarea, que quieren ver otro programa de televisión diferente al que está viendo toda la familia, dan portazos, alzan la voz, le declaran la guerra negándose a hacer cosas que tienen que hacer, respondiendo con falta de respeto.

Es importante encontrar el origen

No será muy difícil encontrar el origen de su comportamiento. Solo piensa un poco y trata de tener empatía. Trata de ponerte en sus zapatos. Pregúntate: ¿qué cambios hemos tenido últimamente? ¿nueva escuela? ¿Otra iglesia?  ¿Que cambio podría estar causándole ansiedad o inseguridad?

Quizás el cambio viene de los mismos padres. ¿Ha cambiado algo en tu relación con tus hijos? ¿Se han cambiado los horarios y ahora la familia no cena junta como lo hacían antes? ¿O tal vez los niños no los ven tan cariñosos como antes, más bien los ven enfadados y peleando todo el tiempo?

Tal vez sea algo tan simple como mudarse a una nueva casa. Todavía recuerdo una vez, como uno de mis hijos se despertaba por las noches asustado, y teníamos que pasearlo por toda la casa explicándole y recordándole que esa era su nueva casa y que estábamos juntos.

Muéstrales amor y paciencia

Algo muy importante es explicarles los cambios antes de que sucedan. Pero recuerda que, el que se lo hayas explicado no significa que ellos han aceptado el cambio. Más tarde podrán surgir dudas y vendrá todo lo que ellos no han podido procesar.

Habrá que ayudarles, con paciencia repetirles y explicarles todo otra vez. Ten en cuenta que el tiempo de procesarlo dependerá de la edad del niño y de su temperamento. Unos lo harán más rápido y otros más lento. Antes de mudarnos de casa nosotros les habíamos explicado a nuestros hijos sobre su casa nueva, pero una cosa es explicar y otra es vivirlo.

Entonces, la conducta inadecuada puede deberse a algún cambio que el niño no entiende. Si es así, es muy importante estar preparados para cubrir la necesidad de seguridad, de amor y de aceptación de tu hijo. En la historia de mi hijo, teníamos que cubrir su necesidad de seguridad, abrazándolo y repitiendole: “papá y mamá están aquí contigo y esta es tu nueva casa”. Por eso es muy importante que, si reconoces que tus hijos se están adaptando a algún cambio, antes de enfadarte o de sentirse incapaz ante su comportamiento, hazles sentirse seguros, ten paciencia y espera ver resultados.

En resumen ¿Cómo educar a tus hijos con propósito? Si tu hijo está pasando por un gran cambio y percibes
mal comportamiento, hazle sentirse seguro con amor y paciencia.

Por Dra Sonia Maldonado (soniam@lifeschool.es)

 

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